La historia de la hamburguesa es fascinante y se remonta varios siglos.
Aunque no se parecía a lo que conocemos hoy en día, los romanos consumían una versión primitiva de la hamburguesa llamada «isicia omentata». Esta mezcla de carne picada con especias se cocinaba y se servía entre dos rebanadas de pan.
Sin embargo, la versión moderna de la hamburguesa se estima que comienza a tomar forma en la ciudad alemana de Hamburgo, durante el siglo XVIII. Los marineros alemanes llevaban carne picada a bordo de sus barcos como parte de sus provisiones. Esta carne se mezclaba con especias y se moldeaba en forma de torta antes de cocinarse. Este suculento plato, conocido como «Hamburg steak» o «bifteck à la Hambourgeoise», emigró hasta América con los marineros alemanes.
El término «hamburguesa» se originó en Estados Unidos a mediados del siglo XIX donde se popularizó, pero entonces no se refería a la típica carne entre panes que conocemos actualmente. Se utilizaba para describir carne picada de vacuno cocida o asada y servida sin pan. A fines del siglo XIX y principios del XX fue cuando la hamburguesa comenzó a parecerse más a lo que conocemos hoy en día.
Se dice que la versión moderna de la hamburguesa se originó en la Feria Mundial de Sant Louis en 1904. Cuando un vendedor de comida llamado Fletcher Davis, también conocido como «Old Dave», comenzó a servir carne picada entre dos rebanadas de pan para satisfacer la demanda de comida rápida de los asistentes al evento. Esta versión temprana de la hamburguesa de hoy ganó popularidad rápidamente y se convirtió en todo un éxito.
Sin embargo, Richard y Maurice McDonald fueron quienes realmente transformaron la hamburguesa en un fenómeno cultural con la fundación de su restaurante en San Bernardino, California, en 1940. Su restaurante, que más tarde se convertiría en la famosa cadena de comida rápida McDonald’s, introdujo la idea de la producción en cadena y la eficiencia en la cocina. Implementaron un sistema innovador que permitía servir hamburguesas consistentemente deliciosas en poco tiempo, convirtiéndolas en una opción de comida rápida y económica para la población.
La hamburguesa se fue popularizando y a la vez también iba evolucionando. Poco a poco surgieron numerosas variaciones, desde las hamburguesas clásicas con queso, lechuga y tomate, hasta las versiones gourmet con ingredientes menos usuales.
La hamburguesa se convirtió en un lienzo culinario para los chefs, donde podían dar rienda suelta a la creatividad, formulando nuevas combinaciones de sabores y adaptándose a los estilos gastronómicos de todo el mundo.
Hoy en día, la hamburguesa sigue siendo una de las comidas más demandadas y consumidas en el planeta. Se sirve en una amplia variedad de establecimientos, desde pequeñas hamburgueserías locales hasta elegantes restaurantes gourmet. Es un símbolo de la comida rápida y la cultura pop, y su popularidad parece estar destinada a perdurar por muchas generaciones más.
