Libros vacunos

Rafael Alberti, Leopoldo Alas Clarín, Bernardo Atxaga, Augusto Monterroso, Juan Rulfo, Salvador Novo, Pablo Neruda, Augusto Roa Bastos, Fernando del Paso y Alberto Blanco han dado protagonismo a la vaca en algunas de sus obras literarias.

En este fragmento de La Odisea, Homero asocia a las vacas con el dios del Sol, Helios, que todo lo ve y todo lo oye, aquí refleja el simbolismo bovino.

«Ahora bien, las estancias y las chozas de las divinidades siempre eran más respetables para mí, y nunca entré en el recinto de esas vacas antes de ofrecer un sacrificio ni de quemar en el fuego los muslos en honor del Sol, mi padre, que todo lo ve. Pero mis compañeros, instigados por su loca mente, se pusieron a matar las reses de esbelta pata, y las devoraron» (La Odisea, Libro XII, versos 380-384).

Pero, ¿cuál es el encanto de este animal? Quizá sea verdad que las vacas son animales sagrados y una fuente inagotable de bendiciones, además de considerarse como la raíz de la prosperidad.

El escritor guatemalteco Augusto Monterroso (1921) en  «La Vaca» da buena muestra de curiosidades, ironía, agudezas y humor. Conocida por su brevedad y su capacidad para transmitir una idea profunda en unas pocas palabras. Narra la historia de una vaca que se encuentra en medio de la carretera, bloqueando el tráfico. Una reflexión sobre la naturaleza de la existencia, la percepción y la realidad, utilizando la figura de la vaca como un símbolo de lo impredecible y absurdo de la vida. Aunque es un relato breve, «La Vaca» ha sido objeto de análisis y discusión en el ámbito literario debido a su impacto y su capacidad para generar reflexiones profundas en los lectores.

Rafael Alberti publicó en 1929, en La Gaceta Literaria, el poema “Buster Keaton busca por el bosque a su novia que es una verdadera vaca”. Incluido en el libro “Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos”.

Adiós, Georgina.

Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca.

(Poema Representable)

1, 2, 3 y 4

En estas cuatro huellas no caben mis zapatos.

Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos,

¿de quién son estas cuatro huellas?

¿De un tiburón,

de un elefante recién nacido o de un pato?

¿De una pulga o de una codorniz?

(Pi, pi, pi.)

¡Georginaaaaaaaaaa!

¿Donde estás?

¡Que no te oigo Georgina!

¿Que pensarán de mi los bigotes de tu papa?

(Papaaaaaaaa.)

¡Georginaaaaaaaaaaa!

¿Estás o no estás?

Abeto, ¿donde está?

Alisio, ¿donde está?

Pinsapo, ¿donde está?

¿Georgina paso por aquí?

(Pi, pi, pi, pi)

Ha pasado a la una comiendo yervas.

Cucu,

el cuervo la iba engañando con una flor de resada.

Cuacua,

la lechuza, con una rata muerta.

¡Señores, perdonadme, pero me urge llorar!

(Gua, gua, gua)

¡Georgina!

Ahora que te faltaba un solo cuerno

para doctorarte en la verdaderamente útil carrera de ciclista

y adquirir una gorra de cartero.

(Cri, cri, cri, cri)

Hasta los grillos se apiadan de mí

y me acompaña en mi dolor la garrapata.

Compadécete del smoking que te busca y te llora entre aguaceros

y el sombrero hongo que tiernamente

te presiente de mata en mata.

¡Georginaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

(Maaaaaa).

¿Eres una dulce niña o una verdadera vaca?

Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.

Tu papa, que eras una dulce niña.

Mi corazón, que eras una verdadera vaca.

Una dulce niña.

Una verdadera vaca.

Una niña

Una vaca.

¿Una niña o una vaca?

O ¿una niña y una vaca?

Yo nunca supe nada.

(¡Pum!)

«¡Adiós, Cordera!» es una conocida obra de Leopoldo Alas Clarín, publicada en 1892. Aunque el título sugiere la presencia de una oveja, en realidad, la historia trata sobre dos hermanos, Pinín y Rosa, que crecen en una pequeña granja junto a su querida vaca, llamada Cordera. La vaca, un miembro de la familia, se convierte en un símbolo de la inocencia y la felicidad de la infancia. Sin embargo, la llegada del progreso industrial amenaza con cambiar sus vidas para siempre, llevando a Cordera a un destino trágico. La obra aborda temas como la modernización, la pérdida de la inocencia y los cambios sociales en la España del siglo XIX.


«Memorias de una vaca» es una novela escrita por Bernardo Atxaga. Publicada en 1997, la historia está narrada desde la perspectiva de una vaca llamada Mara, quien relata su vida y experiencias en una granja del País Vasco a lo largo de varias décadas. A través de los ojos de Mara, el lector es testigo de los cambios en la granja, la sociedad vasca y el mundo a lo largo del tiempo. La novela es una exploración tanto de la vida animal como de las complejidades de la condición humana, utilizando la voz única de la vaca para reflexionar sobre temas como la identidad, el cambio social y la naturaleza de la memoria. 

«La Cabeza de Vaca» es una novela histórica escrita por el autor español Antonio Pérez Henares. Publicada en 2012, la novela narra la vida de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, un explorador y conquistador español del siglo XVI. Cabeza de Vaca es conocido por su extraordinaria odisea en América del Norte, donde, después de naufragar en la costa de Texas en 1528, pasó varios años como esclavo entre los nativos americanos antes de emprender un viaje épico a través del continente hasta llegar a México, donde se reencontró con la civilización española.

La novela de Pérez Henares ofrece una visión detallada y emocionante de las aventuras y desafíos enfrentados por Cabeza de Vaca durante su viaje, así como de los encuentros con diversas culturas y pueblos indígenas. «La Cabeza de Vaca» es una obra que combina elementos de la historia, la aventura y la exploración, ofreciendo una mirada fascinante a uno de los episodios más extraordinarios de la conquista española en América.

 

Pedroveya, Quiros, Asturias

Las referencias al ganado bovino en la literatura son innumerables. Aquí hemos recogido solo una pequeña muestra. Seguro que también tú guardas buenas referencias y relatos donde la vaca es un personaje literario más.

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