Desde hace algún tiempo, y más durante estos últimos meses de pandemia, existe un especial énfasis en la calidad y el origen de los alimentos. El interés de los consumidores por su salud les lleva a tratar de conocer y analizar en profundidad todo lo que adquieren y, después, disfrutan en la mesa. Algo que ha derivado, consecuentemente, en analizar con mayor detalle el etiquetado de los alimentos como la carne de vacuno.
Por ello, te explicamos a continuación la información esencial que tienes que conocer sobre el etiquetado de nuestra querida carne. Así, la próxima vez que vayas a hacer la compra, comprenderás perfectamente las indicaciones, ¡y no se te escapará ninguna información importante!
ETIQUETADO
Las reglas que rigen el etiquetado del vacuno de carne están reguladas por el Real Decreto 1698 de 12 de diciembre de 2003. En él, se establecen las disposiciones comunitarias del sistema de etiquetado, con el fin de proporcionar la mayor información posible, de manera que esto genere la mayor confianza posible en los consumidores.
Así, las etiquetas que identifican la carne debe contener los siguientes datos:
- Código de referencia. Hace mención al grupo animal del que procede la carne. En nuestro caso, la carne de vacuno.
- País de origen. Estado miembro o tercer país de origen, con la mención “Nacido en” o “País de nacimiento”. En nuestro caso, España, por supuesto.
- País de engorde. Estado miembro o tercer país de engorde, con la mención “Criado en”, “Engordado en”, “Cebado en” o “País de engorde”.
- País de sacrificio. Estado miembro o tercer país en el que ha tenido lugar el sacrificio, con la mención “Sacrificado en”, seguido del correspondiente número de autorización sanitaria del matadero.
- País de despiece. Estado miembro o tercer país de despiece, con la mención “Despiece en”, seguido del correspondiente número de autorización sanitaria de la sala de despiece.
Se une a esto el objetivo de no incidir en competencia desleal entre compañías y facilitar la comprensión de los compradores. Para ello, se establecen las categorías del animal en función de su sexo y edad. Partiendo de la base del concepto “Denominación de venta”, en el caso de la carne picada se añadirá la mención de “carne picada de”, o el termino general de “carne picada de vacuno”, mientras que la carne relativa a las reses de lidia se rige por un Real Decreto enunciado en el año 2002, el cual fija las regulaciones sanitarias referentes a la producción y comercialización de este tipo de reses.
Hay que tener en cuenta que las etiquetas finales que vemos en el punto de venta pueden disponer de datos adicionales que nos ayuden a conocerlo mejor, tales como la región de procedencia o marcas de calidad. Esta información, siempre tendrá que estar verificada antes por una entidad certificadora.
TRAZABILIDAD
Este etiquetado de la carne de vacuno facilita conocer la trazabilidad, que no es otra cosa que la posibilidad de realizar un seguimiento y encontrar el rastro a través de todas las etapas de la producción de un alimento, en este caso de nuestra ternera, de nuestra vaca o de nuestro buey.
De esta forma, el sector garantiza una búsqueda efectiva en el caso del surgir algún problema de seguridad alimentaria, pues es fácil de detectar el origen y fase en el que se ha producido para poder solucionarlo de raíz.
La trazabilidad es competencia de la Unión Europea y de los países miembros, que establecen los correspondientes reglamentos a seguir. A su vez, las personas que intervienen en la cadena de suministro, a nivel local, son otra pieza fundamental para asegurar el correcto seguimiento.
CROTALES
Este palabro es como se llama profesionalmente a los pendientes naranjas tan característicos que podrás ver en todas las vacas, seguro que ya sabes de lo que se trata. Crotal es su nombre técnico, y se les coloca desde que nacen, uno en cada oreja, figurando en ellos su número de identificación. Este número tiene dos letras que corresponden al país, en este caso “ES” y 12 dígitos. Además, esta misma información aparece en forma de código de barras para tener acceso a ella también de forma digital.
Las vacas y terneros también cuentan con una identificación equivalente a nuestro DNI, el DIB (Documento de Identificación Bovino). En el, entre otros datos relevantes, se encuentran el número de crotal y la información del ganadero correspondiente.
Este control minucioso deja entrever el entramado tan cuidado del proceso de producción que existe detrás de todos los agentes involucrados, y en general, de todo el sector del vacuno español, del que nos sentimos tan orgullosos y del que, también, nos permite sentirnos más seguros a la hora de disfrutarla.